martes, 2 de diciembre de 2008

UNA CASA


La casa tiene una estufa de leña que me ha entretenido toda la tarde. El fuego es un buen compañero, nunca se repite a sí mismo. Podrías pasarte una eternidad contemplándolo. Los pensamientos arden con él. El resto de la casa baila al vaivén de las llamas. Afuera sigue nevando y en el piso de arriba, sobre la cama donde dormiré, está colgada la fotografía de una pareja, hombre y mujer, antepasados de los dueños de esta casa que me miran curiosos. ¿Quién eres?, me preguntan. ¿Quién soy? No lo sé. ¿Y vosotros? Soy el fuego, el que se consume. La noche silenciosa de Walden se extiende fuera. ¿Qué traerá el nuevo día? No lo sé.

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