domingo, 7 de diciembre de 2008

EQUIPAJE


Llevo varios días con la misma ropa. Aún no he deshecho la maleta. La tarde en que Alicia me confesó que ya no estaba enamorada de mí, y que había otra persona en su vida (no sé, pero ya lo sabía) ni me paré un segundo a preguntar más. No soy de los que luchan, soy de los que huyen, de los que dan un paso atrás, de los que no acuden cuando no son llamados. Hice la maleta y me marché. Aquella noche dormí en un hotel. Cerca de mi casa. Estuve dando vueltas por autopistas, rondas de circunvalación, por carreteras secundarias, por caminos casi sin asfaltar donde la maleza salía a atrapar mi coche, escuchando música que no podía oir, hasta que se hizo de noche y ví el letrero de aquel hotel. Saqué la maleta del coche y pedí una habitación. Entré, puse la televisión y me quedé viéndola como si no hubiera pasado nada. Antes de dormirme miré el equipaje y supe que allí estaba mi vida. Quince años de mi vida que no me atrevía a abrir. Un día de estos tendré que llamar a Alicia para preguntarle cómo está. Tendré que abrir la maleta para mirar qué hay dentro. Supongo.

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